A Luna le pusieron gafas porque no veía.
Un día Luna se levantó y no sabía muy bien que estaba desayunando, saboreo y saboreo y descubrió que era el colacao de siempre.No veía bien el contenido de la taza y solo reconocía por el olor y el sabor.
Intento leer un libro pero se lo ponía demasiado cerca.
Vinieron a verla unos amigos y de lejos no sabía quienes eran, tuvo que esperar a oír su voz,para reconocerlos.
Papá y mamá la llevaron al oculista y menos mal que no le pusieron un cristal muy gordo como el de mamá para sus nuevas gafas, estaba muy guapa.
Estaba muy contenta, ya veía las letras, su colacao y a sus amigos.
Se acostumbro muy pronto a ellas y le gustaban mucho porque eran rosas.
Ya no volvería a jugar con las de mamá.
Que importante es vigilar la vista de los más pequeños de la casa.
ResponderEliminarAhora ya no tiene problemas para ver lo que le gusta :)
Feliz domingo
El es la que ha dado la idewa porque quiere tener gafas como mamá, de momento tiene buena vista y controlada :), gracias por pasarte
EliminarPreciosooo y tan real.
ResponderEliminarMuchos besos
Se nota que lo ha escrito una miope :p
ResponderEliminarGracias el tuyo pone los pelos de punta y es precioso
El verano pasado pasó por ello la hija de una amiga... cambió la niña radicalmente en cuanto le pusieron gafas y es que la pobre veía muy poco y se sentía mal.. ahora es como si las llevara toda la vida... Un relato precioso ;)
ResponderEliminarGracias, debe de ser que como yo pase por eso se lo que es, un besazo
ResponderEliminarUna manera bonita de ver como el cambio de no llevar gafas a llevarlas puede ser llevadero.
ResponderEliminarGracias, ella está deseando, de momento no necesita pero por si acaso, :)
EliminarMi niña lleva gafas desde Navidad, tiene dos años :) un cuento precioso!
ResponderEliminarA mi me las pusieron con tres, por eso me se la vaina
ResponderEliminarMi niña también lleva gafas, de cristal gordo como papá en este caso, pero gracias a ellas puede ver el mundo, igual que Luna.
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